domingo, octubre 21, 2007

¿Puede un alumno construir el conocimiento por sí mismo?, ¿Qué posibilidades de aplicación y enriquecimiento tiene el constructivismo en nuestra realidad latinoamericana?


Considero importante, para responder a las preguntas del ejercicio, rescatar algo que tal vez no tiene una conexión directa, pero, desde mi punto de vista, influye en el aspecto de que si un alumno puede construir su conocimiento por sí mismo. Y parece ser la constante en todos nuestros países latinoamericanos y lo que nos limita bastante. Un alumno hará lo que nosotros le enseñemos que haga. Con o sin los recursos económicos, sociales, políticos, tecnológicos, el alumno en todo el sentido de la palabra, y hay varios casos, siempre encuentra la manera de aprender y casi siempre lo hace a su ritmo y partiendo de sus intereses. No me cabe duda que el alumno aprende de todo lo que ve y esta en aquello que nos limita y nos brinda todas las posibilidades: la idiosincrasia peruana –léase latinoamericana.

Cada modelo, cada teoría tiene su nacimiento en un autor que viene de una cultura determinada, por lo tanto, de por si tiene un sesgo en la forma como comprende el mundo y observa la realidad. Por lo tanto, cuando queremos introducir a nuestra idiosincrasia modelos educativos como el constructivista tenemos que hacer varios esfuerzos por adaptarlo, modificarlo y aplicar lo que realmente se puede hacer en la diferentes realidades de nuestras escuelas, institutos técnicos y universidades. Y digo realidades porque, al menos en mi querido Perú, uno puede ver varios y pequeños países llamados Perú.

No ocurre en otros países donde la vida es más homogénea, ordenada y equilibrada. Donde las necesidades que se tienen que satisfacer son las superiores, viendo la pirámide de Maslow, y no las inferiores. Es un hecho que para que funcione un modelo constructivista en nuestros países latinoamericanos tienen que estar resueltos muchos problemas conexos al proceso de enseñanza aprendizaje y, dentro de la variable educación, con sus propias limitaciones y posibilidades, también se tienen que desatar varios nudos para que este modelo pueda funcionar de una manera efectiva.

Caso contrario lo que se aplica son modelos constructivistas a los cuales hay que ponerle comillas para entender que hace algo diferente a lo que predica. Bien podemos mencionar que el modelo constructivista como tal presenta muchas ventajas por que aprovecha de manera eficiente y eficaz el uso de las tecnologías de la información. Por su propia naturaleza, permite que el alumno encuentren los ladrillos de la edificación de su conocimiento, pero estaríamos hablando entonces de un alumno y de un profesor con varias necesidades ya satisfechas, que le permiten actuar dentro de un modelo que está diseñando para atender requerimientos pedagógicos específicos y que supondrá que todos los alumnos tienen conexión de banda ancha, computadoras, consolas de video juegos, teléfonos celulares y pizarras electrónicas.

Es cierto también que no necesito tanta parafernalia tecnología para aplicar la teoría constructivista a un modelo pedagógico. Mejor dicho, tendré que proporcionar las herramientas que el modelo me exija. Pero independiente de ello, el modelo constructivista demanda una preparación previa muy intensa por parte de los profesores, sobre todo en el tema de la planificación de las actividades. Ahora bien, si tuviéramos profesores que planificaran correctamente sus actividades aún quedaría pendiente el tema de los procesos administrativos, muchas veces burocráticos, lentos y repetitivos, en la escuela, el instituto técnico o la universidad. Por lo tanto, aplicar un modelo constructivista va más allá del proceso de enseñanza aprendizaje, involucra a todo el sistema educativo que sostiene dicho proceso.



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